Aunque para los seguidores puede resultar una sorpresa, lo cierto es que el Fútbol Club Barcelona estuvo al borde de la quiebra absoluta. Fue la situación que se encontró el presidente Laporta cuando llegó al club. En ese momento se reconoció estar sufriendo una deuda de 1350 millones de euros y un riesgo de quiebra inminente que, por suerte, se ha podido subsanar.
El Barcelona podría haber desaparecido. Si no se hubieran tomado medidas urgentes, el club podría haber llegado a cerrar sus puertas de manera definitiva. Se habían dejado nóminas sin pagar y se habían producido incumplimientos con numerosas entidades bancarias.
Pero el plan era recuperar la estabilidad por medio de la transparencia. Lo que ha hecho el presidente ha sido plantear un camino largo y tortuoso en el cual el equipo está desgranando cada uno de sus datos para que el club, los aficionados o incluso los jugadores puedan saber cuál es el estado en el que se encuentra el club.
En el proceso se están descubriendo irregularidades y problemas del club que no han ayudado a que la situación del equipo mejore en los últimos tiempos. No solo se provocaron graves dificultades económicas, sino que también se produjeron problemas con los fondos y la forma en la que se han ido utilizando en distintas de las instalaciones. Por ejemplo, se menciona cómo parte de las instalaciones del club se dejaron abandonadas y en un estado de conservación muy inferior a lo que requieren los estándares del equipo.
La nefasta gestión que se realizó del club, la cual se había visto motivada por perpetuar ciertas ideas que eran insostenibles, como mantener en nómina a un jugador del precio de Messi, había llevado a que el Barcelona casi desapareciera. ¿Qué habría sido entonces del fútbol sin los emocionantes encuentros que suelen protagonizar Real Madrid y el equipo culé?