Lo que está ocurriendo en Arabia Saudí con el fútbol es digno de análisis. La nación continúa usando grandes cantidades de dinero para captar el interés de las superestrellas que ya se han cansado de jugar en Europa y buscan nuevos aires. ¿Pero hasta dónde van a llegar?
Primero fue Cristiano Ronaldo y, si abres las puertas con un talento como el suyo, es obvio que muchos otros jugadores le van a seguir. Tampoco se le puede criticar de forma extrema teniendo en cuenta que el dinero que han puesto sobre la mesa los dirigentes del fútbol árabe es mucho más de lo que se podría haber imaginado.
Eso deja a los futbolistas de élite en una situación similar. Benzema también ha terminado pasando por el mismo aro. Estas estrellas quieren un sueldazo para sus últimos años y así dejar constancia en sus cuentas bancarias del negociazo que han hecho con sus carreras. Ahora que ya han alcanzado la gloria europea y mundial, es un paso, en cierta manera, comprensible.
Pero Arabia Saudí continúa captando jugadores. Si por ellos fueran, tendrían a todos los grandes en su liga, pero es obvio que las grandes estrellas en alza no están por la labor de sacrificar su carrera por mucho dinero que les propongan. Al fin y al cabo, lo que ganan estos jugadores en dinero lo pierden en rendimiento. Por ello, es una buena opción para final de carrera, pero no para los mejores años de los futbolistas.
El principal motivo de ello es que el fútbol en la liga de Arabia Saudí no es tan exigente ni competitivo. No hay tanto talento en los equipos, así que esas súperestrellas se encuentran con dos cosas. La primera: que sus rivales no suelen dar la talla. Y la segunda: que sus compañeros no les pueden seguir el ritmo como en un buen equipo europeo.