Durante la crisis provocada por el coronavirus las empresas del mundo entero están enseñando su verdadera cara. Y lo hacen mojándose con la sociedad en este momento tan duro o escondiendo la cabeza en la tierra con la esperanza de perder el menor dinero posible. Dos perspectivas tan distintas como reveladoras, dado que en poco tiempo el mercado corporativo nos está demostrando en quién deberíamos confiar a partir de ahora y quién merecerá más nuestro dinero en el futuro.
Quizá las empresas no han pensado suficiente todo lo que va a cambiar la sociedad después del coronavirus. Pero lo hará en gran medida y los recuerdos (traumáticos en algunos casos) que hayamos acumulado durante la cuarentena se verán reflejados cuando salgamos a la calle.
De una esquina a otra del mundo vemos iniciativas de empresas responsables. Empresas que luchan desde sus papeles y que hacen todo lo posible para tener un papel activo en esta guerra. Porque aunque el enemigo no se pronuncie, estamos en una guerra de pleno derecho, una en la cual la humanidad tiene que ganar cuanto antes para que nuestra sociedad no se desmorone y no fallezcan tantas personas como se cree en las peores previsiones. En España la cerveza Mahou San Miguel (ya hace tiempo que ambas marcas se unieron) se ha puesto a repartir botellines y latas a todos los clientes que lo soliciten. Y sin cobrar gastos de envío, para que cuando te apetezca tener cerveza en casa, la tengas.
En Corea del Sur, pero con iniciativas que afectan al mundo entero, Samsung envía a sus mejores mentes a mejorar las cadenas de fabricación de las entidades que producen respiradores y mascarillas. ¿Quién hace eso? No todas las empresas que pueden hacerlo lo están haciendo. Y ese es el problema de esta sociedad y de la poca concienciación que hay entre las empresas del mundo entero. Y no, no despedir a tus empleados no es hacer ningún tipo de favor al mundo. Pero como decimos, la sociedad recordará cuáles han sido esas empresas responsables que se han portado. De eso no nos cabe ninguna duda.