Si has vivido en Madrid durante cierto periodo de tiempo conoces Viena Capellanes sin ningún tipo de duda. Es la entidad que desde 1873 nos alimenta con dulces, sándwiches y otros alimentos que triunfan en sus cafeterías y pastelerías. Ahora la empresa se ha reconvertido temporalmente en una ONG que tiene la capacidad de una gran corporación para funcionar, lo que significa que sus resultados son de primera.
A través de voluntarios, de empleados solidarios y de muchísimo apoyo, Viena Capellanes ha comenzado sin haberlo previsto, un sólido trabajo de ONG. Según cuentan sus directivos, todo vino rodado y ocurrió en poco tiempo. Los córners que tiene la compañía en todo tipo de empresas y zonas de negocios se vinieron abajo en pocas horas, muchos de sus clientes ya no requerían que les enviaran los pedidos diarios y la gran mayoría de sus locales cerró sus puertas debido a la cuarentena.
Pero aún con ese panorama, Viena Capellanes tiene unos elevados niveles de producción diarios de comida perecedera, por lo que tenía que encontrar una manera de darle salida para no interrumpir el trabajo de la empresa. Se pusieron en contacto con distintas entidades y comenzaron a llevar y donar sus alimentos a comedores sociales, a las familias de renta baja que no tienen acceso a comida y a otras personas con dificultades. Tenían claro que el objetivo era ayudar por todos los medios posibles.
De esto Viena Capellanes ya sabe un rato, dado que la empresa, que ha pasado de generación en generación manteniendo sus ideales, se mantuvo abierta en una de sus localizaciones madrileñas incluso en medio de la Guerra Civil. Allí uno de los antiguos propietarios seguía haciendo pan a diario hasta que un bombardeo cercano obligó a echar el cierre en el local. También apoyaron a la sociedad madrileña en el 11M y en otros sucesos en los que se ha requerido toda la ayuda posible.
Con el coronavirus están haciendo todo lo que pueden y más. Han hablado con algunos de sus grandes clientes, como Vodafone, y la empresa de telecomunicaciones ha aceptado donar todos sus pedidos diarios para que los repartan entre los más necesitados. También han dispuesto un food truck en el hospital de IFEMA, desde donde alimentan gratis a los profesionales de la medicina. Viena Capellanes cree que la solidaridad es contagiosa, motivo por el cual es un buen ejemplo del que hablar.