El efecto de la guerra está siendo demoledor entre los negocios que tienen presencia en Rusia. Si bien la situación no era buena debido a las consecuencias de la pandemia y en lo único en lo que se pensaba era en retomar la normalidad, los grandes negocios internacionales no han podido quedarse parados ante lo que está ocurriendo. Por ello, han optado por retirarse del mercado ruso. ¿Cuáles son las consecuencias de ello?
Por supuesto, uno de los problemas inmediatos de esta retirada de Rusia es la pérdida de negocio y de unos ingresos que, para algunas entidades, resulta fundamental. Zara, por ejemplo, encuentra en Rusia uno de sus mercados más importantes. Son millones los que se pierden por no poder mantener las tiendas abiertas con normalidad y abastecer así a los ciudadanos rusos.
El mundo está castigando a Rusia, pero lo que está haciendo principalmente es castigar a los rusos, muchos de ellos ajenos al conflicto. Lo dicen desde la red algunos de los habitantes de Rusia, que se encuentran en una situación precaria muy distinta a la que se ha vivido durante los últimos años. Hay quien recuerda los peores tiempos del país, justo como antes de que este hiciera las paces con Occidente y entraran en el país las grandes empresas que todo el mundo conoce.
Lo que ha prometido el gobierno ruso es mantener la estabilidad y asegurar a sus ciudadanos que podrán seguir disfrutando de los servicios por mucho que las empresas occidentales hayan decidido abandonar el país. Eso significa que, por ejemplo, la tienda Zara será heredada por el gobierno ruso y seguirán operando con ella hasta que se agote el stock. Cuando ya no haya ropa de Zara, la tienda pondrá nuevo producto producido en Rusia. Eso mismo pasará con todas las demás tiendas e incluso con los restaurantes.