Japón se rinde y abre sus fronteras a los turistas

La inflación también se sufre en Asia. Japón y Corea del Sur, líderes del Asia más de moda y de mayor glamour, están viendo cómo su economía se resiente debido a los efectos de la pandemia. Al final, Japón, que se negaba a abrir sus fronteras plenamente, ha tenido que dar su brazo a torcer.

¿Qué significa eso? Que finalmente el país va a tener que enfrentarse a lo que supone luchar contra la COVID en una situación más incontrolable. Hasta ahora, la nación había mantenido las fronteras casi cerradas en su totalidad para no dejar que el virus se extendiera.

En las calles, más del 90% de los ciudadanos japoneses y los residentes en Japón, están habituados a usar la mascarilla el 100% del tiempo. No hay excepciones. La mascarilla se usa en interior y en exterior por igual. No obstante, siempre se ha comentado que son muchos extranjeros, los que cruzaban las fronteras por motivos de trabajo o con permisos especiales, los que terminaban no usando la mascarilla.

Ahora que las fronteras se abren, las autoridades japonesas cruzan los dedos y esperan que todo salga bien. El país lo necesita. El yen se encuentra en una caída demasiado prolongada que ha llevado a que el dolor que causa la inflación sea aun superior. Además, hay muchos negocios turísticos que, como en el resto de los países durante el tiempo más duro de la pandemia, siguen sufriendo problemas económicos.

Japón ha dejado pasar el verano sin abrir las fronteras, pero sabe que ahora, de camino a final de año, la situación será más difícil. Además, se esperan grandes cantidades de turistas debido a que el valor del yen está bajo y a que Japón, a partir de septiembre, siempre ha tenido un clima excelente. Por no olvidar que la celebración de fiestas como Halloween goza de gran popularidad.

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