¿Se puede cantar victoria? El sector del libro está de celebración. Los últimos datos desvelan que el oleaje que provocó el inicio de la moda del eBook se ha ido apagando cada vez más. Hoy día, las ventas de libros impresos se mantienen saludables y ya no hay miedo en el horizonte.
La literatura, la novela o los libros en general, juegan en una liga distinta a la del cine, para bien o para mal. El mercado del cine y la televisión se ha tenido que rendir a la derrota sufrida por la bajada hasta mínimos de la venta en formato físico. La era dorada de los DVD terminó. Hoy día, aunque se venden Blu-ray, no lo hacen, ni mucho menos, al ritmo que se vendían los DVD.
Eso ha ocurrido no por la piratería, aunque resulte sorprendente, sino por el auge de las plataformas de streaming. Curiosamente, el streaming ha matado a la piratería. Pero con los libros, no ha pasado lo mismo. Hay distintas claves que lo explican. La primera es por algo tan simple como que la lectura no es algo que se practique y consuma tanto como el cine y la televisión. Así es, por mucho que haya quienes prefieran pensar lo contrario.
La segunda es que la adaptación digital de la lectura no ha llegado a tener el impacto que se esperaba. No solo porque no hay nada como tener un libro en las manos, oler el papel y sentirlo vivo, sino también porque el acceso de los servicios digitales y de los propios eBooks, no es tan cómodo. Leer en una pantalla no es tan bueno para la vista ni cómodo que leer un libro normal.
Por ello, las editoriales ya no temen al boom de la era digital. Saben que su negocio va a seguir siendo el que es: pequeño, pero eso no impedirá que sigan con su trabajo. Hoy día, pueden estar orgullosos de ser el pilar que todavía se mantiene a la vista de que la música y el cine han tirado la toalla del formato físico.