El negocio de las panaderías Granier se comienza a derrumbar

A este ritmo pensábamos que toda España acabaría convertida en un centro comercial lleno de panaderías-cafeterías. De forma sorprendente hubo algunos años en los que parecían reproducirse a mayor velocidad que los propios bares. Pero por la información que llega a la red, podemos deducir que el tiempo de su popularidad, especialmente del modelo Granier, ha terminado.

Hay algunos datos importantes que confirman el mal momento por el que han comenzado a pasar las panaderías, en parte lógicamente motivado por la COVID-19 y la forma en la que está afectando a toda la hostelería en general. Por ejemplo, en 2019 se llevó a cabo el cierre de una cadena entera de estas panaderías, la conocida como MonPa.

Además, se llevaron a cabo más de 40 cierres adicionales y han comenzado a bajar las cifras de facturación, pero no solo en proporción a lo que está restando el coronavirus y la situación mundial actual. En general parece que se está viendo cómo la saturación de este modelo de panadería ha derivado en que al final el público se canse de tanto establecimiento de idénticas características y productos.

Granier solo es el nombre más famoso, pero hay otros muchos que siguen la misma filosofía, como Vivari o 365, entre otros. No obstante, Granier está en portada de forma habitual por los incidentes. Nadie olvida, por ejemplo, el incidente de las ratas en una de las panaderías Granier. Más allá de esto, Granier ha sido denunciada por multitud de franquiciados que argumentan que han sido engañados con cifras imposibles y con inversiones que les están haciendo tener pérdidas continuadas.

Desde la Asociación Española de Franquiciadores intentan maquillar la situación y argumentar que todo va bien y que el sector de las panaderías-cafeterías está aguantando bien la situación. Incluso indican que después de la COVID-19 podría llegar a crecer de nuevo. Pero ¿es lo que quiere el público?

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