El coworking herido de muerte por el coronavirus

En poco tiempo el coworking ha dejado de ser la cenicienta de una nueva generación de trabajadores a distancia y de emprendedores en búsqueda de subvenciones para convertirse en un tipo de negocio herido de muerte. La situación es crítica para compañías como WeWork, Loom o Utopicus, que ahora tendrán que buscar la forma de reinventarse para sobrevivir.

La realidad es que no todo el sector del coworking va a estar condenado. Todo depende de cómo las empresas se amolden a los cambios y la forma en la que introduzcan novedades en la forma de ofrecer sus servicios. Aquellas en las que la filosofía principal era la de tener a todos los emprendedores muy juntitos en espacios reducidos, compartiendo grandes mesas «de biblioteca», no hay duda de que tendrán que cambiar la estrategia. Ya no se va a poder trabajar codo con codo de una manera literal, sino que habrá que poner espacio entre las distintas personas que ocupen un mismo espacio de trabajo compartido.

El coworking ha sido el principal defensar del «no estar solo» mientras trabajamos y del reunirnos con gente a la que no conocemos para ver si podemos sacar algo a cambio. A partir de ahora y hasta dentro de un buen tiempo, esto va a cambiar, ya que primará que pongamos distancia entre las personas con las que compartimos espacio de trabajo.

Los espacios de coworking que lo tendrán más fácil serán aquellos que basan su negocio en el ofrecimiento de espacios cerrados y privados a sus clientes. En ocasiones esta propuesta ocupa un 50% del espacio de los edificios dedicados al coworking o hay casos en los que es del 100%, dependiendo del negocio.

Se cree que bajo este tipo de filosofía el coworking sí podrá sobrevivir, sobre todo si se mantienen unas recomendaciones de seguridad convenientes. Los clientes entrarán al edificio principal evitando tener contacto directo con personas desconocidas, se lavarán las manos al entrar y al salir, usarán gel desinfectante y tendrán la mascarilla puesta siempre que no estén en su oficina privada. Pero dentro de ella, donde solo estarán ellos trabajando, y a ser posible con ventana abierta (de haberla), todo estará seguro. Veremos qué ocurre con el coworking.

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