El coronavirus le da una bofetada a H&M por su nefasto negocio online

Cadenas de tiendas tan reputadas como H&M informan de pérdidas millonarias producidas por el coronavirus y el efecto que está teniendo en el comercio en el mundo entero. En especial los países donde más se ha visto afectada la entidad son España e Italia, donde la caída en ventas ha sido respectivamente del 76% y 80% respectivamente. En otros mercados se mantiene el tipo de una manera más honrosa, pero la situación tampoco es para tirar cohetes. ¿Pero qué diferencia a H&M de otras cadenas de moda que sí han conseguido sobrevivir sin sufrir tantas pérdidas?

La diferencia la vemos claramente: la presencia online de H&M es terrible. Y desde que empezara la crisis no se han esforzado en ningún momento por reforzarla. Han dejado que su tienda online se convierta en un barco a la deriva que no llegará a puerto hasta que todo vuelva a la normalidad. Y teniendo en cuenta la situación, no queda muy claro cuándo va a ocurrir eso.

Como decimos, mientras las cifras de ventas de H&M han caído, las de otras empresas del mismo gremio se han mantenido o han bajado, pero no de una forma tan exagerada. La diferencia en la forma de actuar ha sido clara. Esas cadenas de tiendas de moda que han sobrevivido le han demostrado al público que aunque con la cuarentena, su negocio seguía vivo en la red. Y no solo eso, sino que han realizado un trabajo de apoyo moral, porque aunque no pudiéramos salir de casa, sabíamos que podíamos comprar ropa de nuestras marcas favoritas y que nos llegaría a casa de manera segura.

Pero H&M no. La empresa se lavó las manos con el típico aviso en su web en el que dejan claro que los pedidos pueden llegar a retrasarse y abandonaron sus redes sociales. Desde el día 13 de marzo H&M no publica en su cuenta de Twitter en España. Y eso, para una entidad de esta magnitud, es vergonzoso. Lo único que hace la situación es confirmar que de aquí a un tiempo las únicas tiendas que van a poder sobrevivir y dar el tipo son las que ya se hayan actualizado a la red. El reloj está contando hacia atrás y antes o después el tiempo se agotará. Tic, tac, tic, tac.

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